A inicios de 1949, la hermana Lucía Dos Santos, vidente de las apariciones de Fátima, estando en el convento carmelita de Coimbra, Portugal, enfermó gravemente, y murió el 31 de mayo de 1949, fiesta de María Reina.
Debido a que, según la petición de la Santísima Virgen, el Secreto de Fátima debía darse a conocer a la muerte de la hermana Lucía o en 1960, lo que sucediera primero, la jerarquía masónica en El Vaticano, proclive al comunismo, se puso muy nerviosa con la muerte de Lucía, pues el Secreto es contrario al modernismo y al comunismo difundidos por ese grupo: explícitamente pide que el Papa debe consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María en unión con todos los obispos del mundo para terminar con esos males. Entonces, tramaron ocultar la muerte de la hermana Lucía, sustituyéndola por otra religiosa.
Del fraude de sustituir a la verdadera Lucía, fallecida en 1949, por una falsa “Lucía” es preciso exonerar al Papa Pio XII. Él fue un gran creyente de las apariciones de Fátima, al punto que obedeció el mandato de la Virgen y consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María el 7 de julio de 1952, si bien no obedeció en hacerlo con los obispos de todo el mundo.
No. Todos los indicios conducen a un personaje de alto nivel en El Vaticano, con gran poder para influir en los superiores del Carmelo pero a espaldas del Papa, y por motivos de una agenda política personal: ese personaje es el sustituto de la Secretaría de Estado, Giovanni Battista Montini, futuro Paulo VI, iniciado en la Logia de París en 1935, y quien había hecho un pacto con el comunista italiano Palmiro Togliatti. Además, había sido Montini quien operó el regreso de la hermana Lucía a Portugal y su ingreso forzado al convento de clausura del Carmelo de Coimbra para silenciarla.
Paradójicamente, cuando, 65 años después, murió la segunda impostora “Lucía”, el 13 de febrero de 2005, en el listado oficial de monjas fallecidas ("Moniales Defunctae" de la Orden) de los Carmelitas Descalzos pusieron a la hermana “Lucía Dos Santos” en la casilla 265. Pero, por más de un año, apareció allí la fecha real de su fallecimiento, 31 de mayo de 1949, sin que nadie se diera cuenta. Después apareció ya corregido.
Además, hasta el año 2015 aparecía como fecha de su profesión el 3 de octubre de 1928, lo cual simplemente no pudo haber ocurrido, ya que Lucía entró a la Orden Carmelita hasta 1948.
¿Porqué el obituario no reproducía el 31 de mayo de 1949 como la fecha de su profesión, como por mucho tiempo se manejó en las biografías oficiales? Por varias razones: la primera, porque la Regla carmelita establece que la profesión se hace hasta después de dos años de noviciado, mismos que Lucía no había cumplido y, la segunda, porque ese fue el día en que ella murió. Profesó in articulo mortis para gozar de los beneficios espirituales de la Orden.
La impostora hermana “Lucía” apareció por primera vez a los ocho años de fallecida la verdadera hermana Lucía. Fue en una entrevista con el padre Agustín Fuentes en 1957, con motivo de la causa de beatificación de Jacinta y Francisco. El Vaticano declaró que la entrevista había sido “fraudulenta”, silenciaron al padre Fuentes y lo alejaron de la causa de beatificación. Montini enfureció de que el padre Fuentes se hubiera acercado a la impostora Lucía y ordenó al obispo de Coimbra decir que esa entrevista nunca existió, y que todo había sido una invención del sacerdote. Además, fue relegado de la causa de beatificación, la impostora incómoda fue silenciada y jamás volvió a conceder entrevista a nadie. Por su parte, Montini planeó un nuevo cambio para sustituir a la impostora “Lucía” por una segunda impostora, otra monja más dócil que sirviera de comparsa para cualquier tesis que se les ocurriera en Roma.
La diferencia entre las tres “Lucías” es patente en todas las facciones (ojos, pómulos, mentón, nariz), pero sobre todo en la dentadura: la primera tiene los dientes desviados y desiguales; la segunda los tiene grandes y perfectos; la tercera los tiene muy pequeños y las encías voluminosas.
El Papa Juan Pablo II visitó a la segunda impostora “Lucía” en Fátima, Portugal, en 1982, 1991 y 1995. No hubo ningún comentario de esas visitas por parte de ninguno de ambos. Evidentemente el Papa ignoraba los fraudes del cambio de persona llevado a cabo por Montini cuatro décadas atrás. Ese era un sigiloso secreto masónico. También en Fátima, el 13 de mayo de 2000, Juan Pablo II beatificó a Jacinta y Francisco Marto estando presente la segunda impostora “Lucía”.
Juan Pablo II quiso que en esa fecha se diera a conocer el Secreto de Fátima, e instruyó a la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cargo del cardenal Joseph Ratzinger, dar el solemne anuncio. Llegó la fecha y el Secreto de Fátima no se dio a conocer. Hubo un raro forcejeo, se anunció que se daría un mes y medio después. Finalmente, el Secreto se publicó el 26 de junio del 2000 siendo extrañamente el secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, el que se encargó de darlo a conocer, no el cardenal Ratzinger, como el Papa había establecido.
Ese acto fue una mentira grotesca. En vez de dar a conocer las cuatro partes del Secreto, Sodano solo dio a conocer las tres primeras partes y, además, dio una interpretación falsa de la tercera parte (la segunda visión que tuvieron los niños) la del obispo vestido de blanco que huye en medio de una ciudad en ruinas, diciendo que eso se refería a un hecho histórico: el atentado que sufrió Juan Pablo II en Plaza San Pedro en 1981. Omitió comentar absolutamente nada sobre la consagración de Rusia, la necesidad de reparación, la apostasía que sale del vértice de la Iglesia o la presencia de un falso Papa, lo cual constituye la cuarta parte del Secreto.
La explicación de Sodano es simplemente absurda: cuando el atentado de 1981, Roma no estaba en ruinas, el Papa Juan Pablo II no salió huyendo de la ciudad, no había cadáveres por las calles, y Karol Wojtyla no fue asesinado posteriormente. Es decir, no hay absolutamente ninguna concordancia de ese hecho con la segunda visión que tuvieron los niños.
Por otro lado, si de verdad se refiriese al acontecimiento histórico de 1981, entonces ¿por qué esperar veinte años para darlo a conocer?
No. La tercera y cuarta parte del Secreto se refieren a la apostasía de la Iglesia y al castigo de Dios sobre Roma debido a su infidelidad.
Poco después de la publicación de Sodano, el cardenal Ratzinger le confió al padre Döllinger que había todavía una parte del Secreto de Fátima que no se había publicado (la cuarta parte, correspondiente a una tercera visión).
En el año 2001 echaron mano de la segunda impostora “Lucía” para validar en público que lo dicho por Sodano era el Secreto completo, y que la interpretación de la segunda visión (tercera parte del Secreto) era correcta. Esto fue simplemente fraude sobre fraude, haciendo mentir a la impostora en público.
En el año 2003, siendo aún cardenal, Joseph Ratzinger admitió públicamente, en una entrevista en el canal EWTN de la Madre Angélica, que la interpretación del Secreto podría ser diversa a la ofrecida en junio del año 2000 por Sodano, y también referirse a un acontecimiento futuro de la Iglesia. Y algo más revelador aún: a monseñor Williamson, Ratzinger le confesó que el entonces secretario de Estado lo obligó a aceptar la interpretación falsa del Secreto: “Sodano me torció la mano”.
En el año 2010, el Papa Benedicto XVI quiso corregir el fraude de Sodano. Viajó a Fátima, en el mes de mayo, para conmemorar las apariciones. En esa ocasión declaró que el Secreto "puede tener más bien un significado de futuro", contradiciendo totalmente la versión de Sodano, que sostiene que el significado es sobre un hecho pasado.
Por otro lado, es significativa la aparición, también en 2010, de la cuarta parte del Secreto de Fátima que por 50 años lograron ocultar. Sin duda alguna, fue con el consentimiento de Benedicto XVI que el segundo documento, de una sola hoja y que se refiere a la apostasía, fue fotografiado en los apartamentos pontificios y transmitido a Tradition in Action.
Esta es la fotografía del documento:
Traducción al español:
JMJ
Tuy 1/4/1944
Ahora voy a revelar la tercera parte del secreto: Esta parte es la apostasía en la Iglesia!
Nuestra Señora nos mostró una visión de un individuo que yo describo como el "Santo Padre" frente a una multitud que lo vitoreaba.
Pero había una diferencia con un verdadero Santo Padre, la mirada del demonio, éste tenía los ojos del mal.
Entonces, después de algunos momentos vimos al mismo Papa entrando en una iglesia, pero esta iglesia era la iglesia del infierno; no hay manera de describir la fealdad de ese lugar. Parecía como una fortaleza hecha de cemento gris con ángulos quebrados y ventanas similares a ojos; tenía un pico en el tejado del edificio.
Enseguida levantamos la vista hacia Nuestra Señora que nos dijo: acaban de ver la apostasía en la Iglesia; esta carta puede ser abierta por el Santo Padre, pero debe ser publicada después de Pío XII y antes de 1960.
En el reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser removida y llevada a Fátima. Porque el dogma de la fe no ha sido conservado en Roma, su autoridad será removida y entregada a Fátima. La catedral de Roma debe ser destruida y una nueva construida en Fátima.
Si 69 semanas después de que esta orden se publique, Roma sigue en su abominación, la ciudad será destruida. Nuestra Señora nos dijo que esto está escrito en Daniel 9:24-25 y Mateo 21:42-44
La grafía y el estilo corresponden a los observados en los escritos de la auténtica hermana Lucía en su diario, donde escribió las primeras tres partes del Secreto, así como en otros documentos autógrafos de ella. Esto ha sido validado por varios peritos grafólogos. Además, el documento lleva impresa la huella dactilar de sor Lucía.
Por otro lado, el contenido concuerda con lo expresado por las personas que han visto la cuarta parte del Secreto de Fátima personalmente como los cardenales Alfredo Ottaviani, Luigi Ciappi y Silvio Oddi, o el arzobispo Loris Capovilla. Todos ellos mencionan que el contenido se refiere a la apostasía, al cisma, al enfrentamiento entre un Papa falso y uno legítimo, a la pugna de cardenales contra cardenales y obispos contra obispos, señalando que la corrupción de la fe vendrá del vértice de la Iglesia.
Respecto al comunicado de El Vaticano de mayo de 2016 en que el Papa Benedicto XVI supuestamente declara que la publicación del Tercer Secreto de Fátima que hizo el cardenal Sodano fue completa, nos preguntamos ¿cómo puede el Papa contradecirse? ¿O miente en 2016, o mintió en 2003 y en 2010 cuando declaró que Sodano le torció la mano para aceptar una interpretación falsa, y que la tercera parte del Secreto se refiere a un "acontecimiento futuro" de la Iglesia?
No, no mintió el Papa. Mintió sin duda la jerarquía masónica en El Vaticano, para variar, nerviosa porque el Secreto está próximo a cumplirse y poder ser entendido.
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